Instituciones Sociales y su relación con la Sociología
No
existe la menor duda, y es tema de debate político y social, que existe una
ruptura entre las instituciones educativas y la sociedad civil, debido a la
creencia generalizada de que la educación es un asunto de quienes son
profesionales de la enseñanza y de los padres.
Estos,
muchas veces, centran su papel en cumplir con requerimientos como la
adquisición de textos escolares y materiales, el suministro de útiles
escolares, la asistencia eventual a reuniones, entre otras actividades a las
cuales limitan su responsabilidad. De esta forma, muchos padres de familia
parecen ajenos al proceso educativo.
Muchos
profesores, por otra parte, consideran útiles las asociaciones de padres para
mejorar los aspectos físicos del colegio, pero poco para los aspectos académicos
en lo que, según la mayoría, no deben inmiscuirse.
Los
medios de comunicación en gran medida, tratan los temas de la educación cuando
se dan conflictos, y cuanto mayor sea éste, mayor apoyo mediático reciben,
entrando en la palestra tertulianos, prensa del corazón y las televisiones más
cercanas al sensacionalismo, sin profundizar en los grandes y graves problemas
de la educación.
Por
otra parte, la familia y la escuela pierden fuerza socializadora al mismo
tiempo que la ganan los medios de comunicación.
Esta
realidad implica un desafío para los padres, la familia y la administración
pública ya que la responsabilidad socializadora es, por igual, de todos los
agentes sociales, también de quienes detentan el poder de los medios de
comunicación y de las grandes cadenas de televisión.
Nadie
duda de la responsabilidad legal de los medios de comunicación, pero poco se
habla de su responsabilidad moral y socializadora, de la importancia que sus
mensajes y actuaciones poseen para quebrar la pasividad, para incitar a la
participación ciudadana.
Se
hace urgente e imprescindible unir esfuerzos para que los grandes problemas del
mundo en el siglo XXI, que generalmente tienen que ver con la solidaridad y el
respeto, tanto hacia las personas como hacia el medio ambiente, estén presentes
con criterios de interés global en toda la sociedad.
Existe
consenso en que una institución social es antes que nada una práctica que ha
conseguido un grado amplio de aceptación social.
Talcott
Parsons hablaba de un conjunto de prerrequisitos funcionales universales que
resultan imprescindibles para que todo el sistema social tenga un orden
persistente, dicho de un modo que todo el mundo pueda entender, son aquellas
prácticas que una sociedad debe cumplir para que la sociedad pueda seguir
funcionando con normalidad.
Para
Parsons y sus seguidores los elementos fundamentales de la sociedad – lo que
podríamos llamar “sociedad mínima” o la parte imprescindible de una
colectividad para poder llamarla sociedad – se compone de cuatro sistemas que
funcionan cooperativamente.
En
el sentido de que las acciones que se ajustan a esta pauta social no parecen
visibles o destacables, siendo por el contrario muy visibles aquellas otras que
parecen alejarse de esas pautas o transgredirlas.
Cuando una determinada
práctica social adquiere esa aceptación generalizada se dice que tal práctica
se ha institucionalizado.
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